jueves, 2 de febrero de 2012

DÍA 90: nada que ver Ernest

Ir en el metro todos los días es para mi el exquisito ejercicio de perderme en mi misma. No pienso en ningún él. Ni en el trabajo de fin de máster. Ni en qué haré el fin de semana. Ni en que extraño a mi hermano. Ni en que me quiero quedar aquí pero la cosa está difícil. Ni en qué voy a escribir en princesasamaria.com. Ni en nada. Solo me pierdo en las letras y me exorcizo de cualquier realidad. Pero con este señor Hemingway la cosa no fue como un tranquilo paseo en el metro. No tuvo sabor. Ni ninguna historia que me atrapara. Ni frases de genio. Ni pasión. Ni el acercamiento con la magia. O la sensación que uno espera de que lo trasladen a Paris. Nada de nada. ¿Por qué es que le gusta a la gente? es más, ¿dónde me quejo porque ese Nobel que le dieron fue robado?

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