martes, 21 de febrero de 2012

DÍA 105: Bom Bom gigante

Nos encontramos en el metro. Tenía una mirada pícara y una mano atrás ocultando algo. No entiendo cómo pudo ocultar el bom bom más grande que pueda existir. Yo sonreí. Y luego agradecida, reí a carcajadas. No lo quiero ni abrir porque me parece realmente lindo y divertido y tierno. No, no fue un chico. Fue una de esas amigas que se me cruzaron en España y que llegó exclusivamente a llenar vacios. Esos vacíos que uno tiene viviendo lejos de casa. De la gente. De todo. Así que ella llegó para no dejarme callar. A valorar mis historias. Reclamarme como una novia cuando desaparezco con otra. A compartir mis alegrías. Y lo más importante, llegó a quitarme la soledad de encima; así si me pierdo, ella se dará cuenta. Así que ella llegó con su bombom gigante para demostrarme que como el tamaño del chupetín, son sus ganas de quedarse.

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