Hay días en que uno no se aguanta nada, ni a nadie, inclusive ni a uno mismo. Hoy. Uno tiene derecho a tener sus días de ser humano insoportable y hoy ejercí ese derecho con soberbia. Pero en medio de todo sonreí y mi di cuenta lo insoportable que estaba siendo. Pedí disculpas, reí, se burlaron y medio se me pasó. Léase bien, MEDIO. Y tengo que estudiar. Cocinar. leer. Leer más. Escribir. Arreglar el cuarto. Pero no. No haré nada porque estoy en mi insoportable day. Y por eso suspiro. Por darme el derecho de ser insoportable una que otra vez. Y asumirlo con valentía y hasta sabrosura.
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