martes, 31 de enero de 2012

DÍA 89: sigamos sonriendo



Con la ilusión de quien cree que ha mejorado y busca en una nota la rectificación, abrí la hoja. Sin embargo, no solo no había mejorado, ni el cuatro (sí, de diez) era doloroso, sino que mi tutor un poco de mal humor decía que estaba des-mejorando. Auch. Supongo que se necesita talento para empeorar en vez de mejorar y al parecer, soy de esas pocas que lo tienen. Me quedé un poco sonsa y desmotivada. Sí, otra vez. De esas veces que siento que estoy en el camino equivocado. Que me cuestiono. Que cuestiono lo que estoy haciendo. Lo que quiero hacer. Lo que se supone que sé hacer. Pero luego, me sacudo y me doy cuenta que esas dudas son valiosas. Que es bueno no dar nada por hecho y que no tengo nada garantizado. Y que por eso, por eso me tengo que esforzar. Y a pesar de los tropezones seguir levantandome hasta que pueda caminar derechito y en linea recta. Luego lograr trotar y quien quita, llegar a correr como quien no tiene nadie quien la pare. Ya verán como algún día correré.

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