Dicen que las cosas buenas se hacen esperar. Y bueno. A las 6am fue el primer tren. Empezamos 7 y terminamos 4. Pasamos de frío helado a un calor delicioso para cerrar con un frío aterrador. Vimos nieve, montañas y playas. De italiano a francés. Venecia, Milano, Mónaco, Nice y quién sabe cuántos pueblos más. Cuatro trenes. Nutella que robé en el hotel como para un ejercito, así que; pan con nutella. Tostada con nutella. Papas con nutella. Nutella sola. Se acabó la Nutella. Dos trenes rápidos, uno despacio y uno varado por más de una hora. La noticia de ya no tener dónde dormir cuando llegáramos. Si es que llegábamos. Después de quince, sí, quince horas de viaje, se leyó bien, parecía que no lo íbamos a lograr. Así trascurrió el día. Esa es Paris. Ella sabe que merece esto y más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario