lunes, 9 de abril de 2012

DÍA 131: Hay ojos ajenos en los que uno se ve mejor


La verdad es que existen ojos en los que uno se encuentra mejor que en los propios. Y el viernes ese par de ojos llegaron a verme. Sí, llegó a verme la hermana que no es hermana pero es prima hermana como si fuera hermana. Y aunque teníamos menos de un año sin vernos se nos hizo como si fueran miles, cientos, siglos de hecho. Así que nos abrazamos con felicidad y lagrimas en los ojos. Entonces como por arte de magia, desde ese momento, la vida se me estabilizó. La necesitaba y fui absoluta, increíble, rotundamente feliz solo con verla. Y es que uno a veces necesita sentirse en casa para continuar con tranquilidad y firmeza. A veces uno necesita verse fuerte e indestructible en los ojos que lo miran a uno con amor, con amor del verdadero, para poder entender que es fuerte e indestructible. Y así fue. Me entendí, volví a ver esa parte de mi que perdía de vista, sacudí los medios y las inseguridades y la tranquilidad y la firmeza llegaron a través de sus ojos a mi corazón.

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