lunes, 30 de abril de 2012

143: En tu cara domingo


La vida es más fácil si una la endulza. Los amores de fin de semana duelen menos si uno les quita la prioridad y se la da al chocolate. Las desilusiones no lo tumban a uno un domingo si uno tiene una mejor opción. El mundo gira con más piedad si uno se sabe juntar. Y yo me supe juntar. Y he aquí la descripción visual de mi domingo. Si algo tenía que doler no dolió. Si de algo me tenía que lamentar, no me acordé. Si estaba cansada de amores pues descansé. Un domingo, con las amigas, durmiendo, viendo películas, cocinando, comiendo como si nada engordara y goloseando para descansar el alma. Así, no hay domingo que acabe con uno. Las penas, dolores, golpes de pecho y desilusiones engorrosas del día en que termina el fin de semana, se hacen borrosas si uno tiene una mejor compañía: un postre feliz que calma lo que uno cree incalmable.

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