domingo, 18 de marzo de 2012

DíA 121 y 122: Alegrías

Cuando viví en Buenos Aires los últimos seis meses, ellas fueron mis alegrías. Desde entonces los días que pasábamos juntas eran uno cada año. Sustanciosos pero pocos. Muy pocos. Pero llegaron con sus maletas a rectificar que todo tiempo pasado NO fue mejor. Y que lo que uno construye con fuertes bases no lo tumba ni el tiempo ni la distancia. Así que vinieron y caminamos. Les mostré mi ciudad por convicción. Nos reímos más que los viejos tiempos. Nos pusimos más que al día. Seguimos caminando y seguimos riendo, sin parar. Suspiro con el alma porque vinieron, exclusivamente a recordarme que aún siguen siendo parte de mis alegrías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario