lunes, 30 de abril de 2012
143: En tu cara domingo
142: Día de belleza para coger fuerza
viernes, 27 de abril de 2012
DÍA 141: que rico que es ser yo
sábado, 21 de abril de 2012
DÍA 140: ¿Claudia?
DÍA 139: Hay que pedir
miércoles, 18 de abril de 2012
DÍA 138: una abuelita adoptiva plis
Debía tener ochenta y tantos años. Tenía un vestido negro, un saco del mismo color y complementaba su pinta con unas medias y zapatos que no variaban de tonalidad. Tenía una diadema que recién comprada debió tener muchos brillanticos y aunque ya le quedaban pocos todavía había unos cuantos que cumplían su función. Estaba llena de arrugas inclusive las llevaba en el alma. Se las vi, sí, las arrugas que llevaba en el alma cuando dejó caer una lágrima.
Le pregunte que si se quería sentar. Pero se negó. Asumí que a su edad ya había concluido que cualquier dolor se alivia más rápido cuando uno está de pie. O tal vez no sentarse la haría más fuerte para sacar ese dolor que llevaba. Me partió el alma verla llorar. Realmente pensé que a los ochenta años, cuando ya uno ha visto todo, sentido todo, vivido todo, muerto y vuelto a vivir por todo, los dolores ya no dolían tanto. Pero vaya sorpresa, las lágrimas de la abuelita del metro demostraron que los dolores son dolores a cualquier edad. Y que por más que nos pasen los años y suframos mil decepciones, no dejarán de doler. Y yo quería abrazarle y quería preguntarle que si necesitaba una nieta adoptiva porque yo no quiero que nunca, como ella, la vida me deje de doler o me deje de alegrar e ilusionar. Nunca.
lunes, 16 de abril de 2012
DÍA 137: la hoja en blanco es yo llena de miedo
domingo, 15 de abril de 2012
DÍAS de Semana Santa IV; Meet Malaga
viernes, 13 de abril de 2012
Día 135: Asyh
Yo también es que me pongo a inventar. Podría estar muy en mi casa, con mis papas, con mi hermano y con mi sobrino consintiendome hasta el cansancio. Podría estar allá frente a la playa con Rosa haciendome mis tres comidas bien ricas y organizandome el cuarto y hasta diciendo con ojos de amor que soy demasiado guapa. Podría estar allá, con un buen trabajo. Podría estar allá siendo literalmente la PrincesaSamaria. Con carro. Con los de toda la vida. Con los paseos en bote los fines de semana. Pero no, me vine a lavar, cocinar, tender la cama, limpiar, coger metro, ESTUDIAR. El camino dificil que en días como hoy me pregunto si valdrá la pena. Y evaluó mis decisiones y replanteo mis pasos. Pero solo es una pataleta luego de un día de esos no tan cheveres. Porque días frustrantes y grises son necesarios. Los necesito, para sacudirme y seguir. Y pasa rápido porque al final del día pienso que cada lavada, cada cocinada, cada mala nota, cada sentimiento de nostalgia por el amor de los mios, cada frustración, cada todo, ha valido cada segundo de este camino culebrero que escogí.