martes, 29 de mayo de 2012

DÍA 153: Vamo´a agradecer

Cómo no pensar que tengo una vida cheveré. En mayo no había viajado y preciso me invitan al Norte de España. O sea. Siempre había oído que el norte era increíble y que me iba a encantar y siempre me pasa que por más que imagine los lugares, siempre resultan mejores cuando estoy en ellos. Me armé de valor y pedí tres días en la revista, sí, TRES. El viernes antes del viaje no fue un buen día en la revista. Nada bueno. Entonces lo necesita. Necesitaba pirarme. Y oronda y con mi sonrisota le dije que sí a la tía que no es mi tía. Que sí me iba con ella y sus amigas a hoteles antiguos con desayunos de lujo, a comer la mejor comida que he probado, a  pueblos pequeños y bonitos, a oirles los cuentos de cuando eran jóvenes, a tomar vino y tinto de verano con ellas, a perdernos en el carro alquilado, a tomarnos fotos, levantarnos temprano, oír español, francés, y euskera. A comer pinchos, tapas y a brindar porque la vida es bella. Esta clase de invitaciones son las que solo pasan un par de veces en la vida y por eso, como pájaro en vuelo la agarré. La agarro y la pongo cerquita de mi corazón y la agradezco. Agradezco cada sonrisa, cada gesto desinteresado, cada nueva comida, bebida, nuevo lugar, cada todo. Y por eso, creo que la vida es chevere conmigo. O ¿por qué más? en fin, no sé por qué sea, pero que porfi siga siendolo por siempre. 

Foto: Biarritz (Francia), Burgos y el Monasterio de San Millan de Uso (en su orden en la foto).

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