jueves, 17 de mayo de 2012

DÍA 150: Hay gente que no nació para estudiar, yo.

Yo no sé, es más, yo no tengo ni idea a mí quién demonios me djio que siguiera estudiando. Claro, yo para dármelas de la estudiada, de la que todo lo puede, de la que se supera, de la que es capaz, de la que se traza metas y las cumple, de la que miles de cosas que a nadie le interesan más que a mi misma. Y la verdad es que en el fondo ni a mi, porque juro, prometo, que odio estudiar. Odio, odio, odio, mil odios. No soy dedicada. Ni juiciosa. Ni mucho menos aplicada. Me estreso. Quiero hacer las cosas bien y nunca lo logro. Me agobio. Es horrible. Tuve tan desagradables experiencias en la universidad que me dan miedo los examenes. Le tengo fobia a hacer trabajos. Y me desborono de a poquitos si hay que sutentar. Así que todo se me vino encima cuando me tocó hacer el Trabajo de Fin de Master. Siento todo lo apuesto a amor por él. Me sentí indefensa e insegura como en los viejos tiempos. Dejé de salir fines de semana. Tuve miedo. Pánico. El estres me dio ganas de vomitar, llorar, mareos.Y aunque finalmente lo entregué como se debía, de ahí a que este bien hay mucho. De ahí a no pensar en la sustentación que le sigue hay demasiado. Ay, no, yo para qué me metí en esto, Jesus. En serio, ¿a mí quién me dijo que debía seguir estudiando? Por favor, que la próxima vez que me las de de súper mujer, que alguien me detenga y no me deje volver a hacer esta locura, jamás.

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