Mi hermano
es el gran amor de mi vida. Tiene la personalidad más bonita que alguien pueda
tener. Es noble, bueno y divertido. Nunca, jamás de los jamases, nada le
molesta, es feliz, risueño y contagia de alegría a todos los que estén con él.
Sin embargo como hace diez años me fui de casa y he sido la hija que vive
lejos, son pocas las oportunidades que tengo para saborearlo. Entonces vino de
visita y me lo tenía que gozar. Y me los gocé. A él y a su mejor amigo. Ese
mejor amigo que creció con nosotros y que viene siendo algo así como el hermano
de mi hermano, lo que lo dejaría siendo mi otro hermano. Con otras
connotaciones, pero algo así. Y me los gocé. De mañana y de tarde. De noche y
de día. Con abrazos, besos y discusiones.
Y fui feliz.
Nos miramos como se miran los hermanos. E hicimos chistes que solo los que se
conocen desde siempre entienden. Y nos peleamos como se pelean los hermanos. Y lograron en mi la tranquilidad que da una
mirada cercana. Y me vieron como soy, como he sido y como soy ahora. Quise
ahogarlos a pechiches. Y los ahogué. Y no quería soltarlos y que solo fueran
para mí. Pero no podía, así que me tocó compartirlos y presentárselos a las que vienen siendo
MIS personas aquí. Y bueno, hicimos un combo agradable, sandunguero y divertido.
Compartí con los míos de aquí y los míos de allá. Y uní mis vidas, la de allá y
la de acá, para no olvidar que soy de allá pero que ahora pertenezco acá.
Quiero esos Jeans(barva y T-shirt azul) al lado de mi cama... se podrá???
ResponderEliminarMe aguaste los ojos red... que rico tenerlos aca!
ResponderEliminarlos hermanos! lo maximo ;)
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