DÍA 36: Una paella para el alma

A veces las palabras sobran. Y es que ¿acaso esto no es una razón suficiente para suspirar?

DÍA 35: Corazón hinchado

Hace más de dos meses que no le oía la voz. Ni la veía. Solo fugaces mensajes de Blackberry. Hoy la vi. Hoy la sentí. Hoy fue mía. Hoy sentí las ganas de cuidarla como cuando éramos bebes. Hoy le oí sus historias. Hoy me oyó las mías. Hoy nos dimos consejos. Hoy nos burlamos la una de la otra. Hoy recordamos el amor que nos tenemos. Hoy le abracé el corazón a la hermana que nunca tuve. Hoy fuimos felices porque nos tuvimos. Ella a mi con mi risa y mis historias desbaratas. Yo a ella con su risa y sus historias menos desbaratadas dentro de mi desbarate.

Ponerse al día con la prima hermana - hermana - mejor amiga, en medio de su mundo feliz y el mío, es necesario para que la felicidad pueda estar completa.

Porque más que mi prima es mi amiga. Y una amiga es esa que disfruta escucharte. Puede burlarse de tus debilidades y acepta con orgullo, tus virtudes. Una amiga es esa que desde lo más profundo, desde las raices celebra con los aciertos. Sueña con verte y sabe abrazarte con las palabras necesarias. Porque ser primas nos tocó, pero ser amiga lo escogimos y sí que lo hemos trabajado. Y hoy, hoy mi prima, que es mi amiga me abrazó.

DÍA 34: Una terraza con vida propia

La Plaza Mayor es uno de los iconos de Madrid. Es increíble. Tiene vida por sí sola, colores, gente feliz. Es imponente y alegre. Pero, verla desde arriba en una terraza como la vi hoy tiene algo de magia. No tengo cómo describirlo. Las luces de navidad, el carrusel, la gente, las hadas, mi sonrisa, ¡la plaza!, una buena compañía, -me quedé sin aliento-. El frío estaba atrevido y con todo y eso, me senté a contemplar por horas, semejante evento estático que estaba frente a mi.

Suspiro porque lo que vi hoy se me quedó en el corazón.

DÍA 33: este va sin foto

Desde que llegué había estado demasiado entusiasmada. No sé si emocionada, o tal vez algo extasiada. Sí, puede ser extasiada. Algo así como abstraída de cualquier realidad. Solo la mía importaba. Caminaba con la vida embriagada. Embriagada de vida.

Claro, nada ha cambiado. Todo aun me produce felicidad. Ganas de reír y estar agradecida con lo que estoy viviendo. Todo me parece absolutamente increíble e indescriptible. Me maravillo en las mañanas y en las noches antes de dormir sonrío y me siento plena. Nunca había estado tanto en el aquí y en el ahora. Por primera vez no me importa lo que va a pasar en un año o lo que pasó hace tres. Estoy aquí, justito aquí.

Pero desde que llegué supongo que no había tenido tiempo de darme cuenta que mi alma seguía en camino. No había llegado. Seguía viajando. Se estaba tomando su tiempo y es que resulta que las almas no van a la misma velocidad que nuestro corazón y cuerpo.

Mis primeras lagrimas en Madrid me dijeron que había llegado. Mi alma me había recuperado. Esa alma loca que seguía en el transito casa – viaje- Madrid- nueva vida llegó a quitarme el estado de embriaguez en el que estaba. Y lo hizo y por eso me entró la resaca. Llegó como quien amanece después de un día de esas fiestas en donde uno deja la conciencia enredada en las sabanas de alguien que uno al día siguiente ni quiere saber quién es. Solo quiere escaparse despacito y sin explicaciones. Así llegó la loca de mi alma.

Llegó a darme de sopetón el buen día de la mano de la soledad. Me recordó que estaba maravillada con todo, pero que ya era hora que me diera cuenta que hay cosas que me hacen falta. Mi mamá por ejemplo. Era la primera vez en casi dos meses que realmente la extrañaba. Joder. Quería llorar. Quería a mi mamá. La alma loca esta llegó a traerme al a realidad. Y la realidad es que a veces, solo a veces, algunos días como ayer, me hace falta que me consientan. Atención. Amor. Mamá.

Y lloré y entonces también empecé a extrañar a mi papá. Y a mi hermano, obvio. Y seguí llorando. Sí, yo. La que alardea de que nunca llora. Me sentí sola, un poco bastante sola, lo acepto. Con alma. Ahora sí es real todo. Ya estamos aquí. Mi alma y yo viviendo en Madrid. Afortunadamente llego mi alma. Ya extrañaba no extrañarlos.

Suspiro, ¡Llegó mi alma!

DÍA 32: Primas que son hermanas

Mi primera entrevista tuve la fortuna de hacercela a Taliana Vargas. ¡Ja!

Sí, podría parecer trampa pero no. Fue todo un reto. Un reto porque le conozco el corazón, el pasado, las pecas, la risa y los abrazos. Un reto porque debía preguntarle cosas que ya sabía la respuesta, de otras que imaginaba y algunas obviedades -para mí- que suponía que un publico que nunca llegaría a tener la entrevista, quisiera leer. Un reto que ella sacara tiempo para contestarme. Un reto dejar de ser la prima, casi que hermana que la admira y se jacta y enorgullece con cada paso que ella da. Un reto ser una periodista imparcial y objetiva con uno de los amores de mi vida. Un reto porque sé lo exigente que ella es conmigo. Un reto, feliz, que hoy me da ganas de suspirar porque ademas es mi primer nueve (sí, de diez) luego de mi mala racha de notas.

Suspiro porque haga lo que haga, o este dónde este, Taliana Vargas se las arregla para darme la lección para que siga luchando. Para que sepa que a pesar de que no vea los resultados, todo lo que hago eventualmente, valdrá la pena.

Y este nueve, con ella en la portada riendo amorosamente PARA MI, es el primer buen resultado de esos que valen la pena. De los miles que están por venir para mí.

*Suspiro por ti Currie*

DÍA 31: Escribir

Debo confesar que desde hace más de un mes escribo cosas diferentes al amor, al corazón, a las mujeres y a los estúpidos hombres. Esta semana estoy en la sección internacional, vengo de la nacional y voy a la de economía. Soy un desastre, pero voy mejorando. Así que hoy suspiro porque la noticia de hoy, Egipto, me costó. Se me hizo difícil, demasiada documentación, escribía y escribía y no llenaba el formato y para terminar, me quedó fatal. Suspiro porque cuando me cuesta, me esfuerzo, me frustro y aprendo. Y sí que aprendí de Medio Oriente esta semana.

DÍA 30: Cool españoletes

Salir de clase después de un largo día de aprendizaje e irse al bar más cercano es mi razón para suspirar hoy. Cañas, tapas y los compañeros españoles que cada día se hacen más cool es la felicidad. Y es que por más cansada o frustrada o confundida que este, ellos están para animarme y sacarme risas.

*Suspiro*

DÍA 29: La ilusión de viajar

Cómo no suspirar. Mientras planeo mi viaje de navidad por Italia, Francia y Bélgica, me doy permiso de disfrutar el momento y sonrío y vuelvo a suspirar. Me acomodo con mi soledad en el sofá y me rodeo de mi laptop, una picada de aceitunas y una cerveza. Hoy poniéndonos de acuerdo virtualmente con mis compañeros de viaje en qué hacer, dónde dormir, qué vuelo o qué tren tomar, empieza el viaje. ¡Salud!

DÍA 28: ¡¡HAY METRO!!

Amo el metro. Rápido, sencillo y seguro. Me siento a esperar a que me lleve a algún destino mientras miro gente. Miro al guapo. Mira al otro guapo. También al guapo que se acaba de bajar y al que se acaba de subir y de todos me enamoro profundamente. Miro gente mientras les invento historias esperando que todos sean igual de felices a mi. Así que suspiro por la gente que veo mientras algo increíble y seguro que puedo coger a cualquier hora y llegar sana y salva, me lleva a algún sitio.

DíA 27: PP y PSOE

Tener la oportunidad de vivir las elecciones generales españolas me hace suspirar. Las he seguido inclusive más de cerca que las últimas de mi país. Me hace suspirar ver las opiniones, los miedos, la insatisfacción y las ganas de la gente de tener un país mejor. Suspiro porque salí a las calles a conocer los puestos de votación, hablé, estudié, leí, pregunté y me informé sobre las elecciones generales. Suspiro porque sabiendo de todo esto pertenezco a esto.

DíA 26: Fiesta

Debo dejar claro que amo la fiesta. Amo rumbear. Me encanta la energía de la gente queriendo bailar, tomar, ligar, besar. Me encantan las ganas que a mi me dan de bailar, tomar, ligar, besar. Amo ver la gente arreglada sonriendo, hablando sin cargas y penas porque las dejaron en la semana y no las llevan a los bares. Tipos y tipas guapas por aquí y por allá. Me encanta la fiesta y por eso entre más pueda alargarla, la alargo. Viernes de fiesta y sábado de fiesta hasta las 8am respectivamente, son mis razones para suspirar.

*Suspiro*

DíA 25: Viernes para el alma

El solo hecho de que sea viernes deben dar ganas de suspirar. Aquí o en la Conchinchina. Así que desde que me levanto, haga lo que haga, hasta que me acueste, suspiro porque es viernes.

DÍA 24: Lea que lea

Para poder escribir en el periódico que estudio debo saber las formas, el estilo, los términos, qué sucede, cómo se escribe ahí y mil más. Debo leerlo sin falta, todos los días. Cosa complicada, no solo porque no tengo el hábito, sino porque no conozco lo que ha venido pasando en este país por años. Así que mientras aprendo y trato de coger juicio y leerlo sin falta, suspiro. Suspiro porque no entiendo la mitad de lo que sucede y me toca esforzarme el doble para poder entender. Suspiro porque cada linea que leo es una aprendizaje. Suspiro porque sigo teniendo notas malas pero cuando domine todo, veré el cambio.

*Suspiro*

DÍA 23: Amigas aquí y allá

Lo bueno de que pase el tiempo es que se va descartando lo que no sirve y uno se va quedando con lo de mejor calidad. Así pasa con la comida, los lugares a dónde va, con los amores y obviamente con las amigas. Da alegría saber que las que se tenían que ir desde hacía rato las echamos a patadas. ¡Y que bueno que se hayan largado y que por aquí ni vuelvan! Pero más alegría da saber que hubo unas que han sido aprueba de tiempo. Fieles, amorosas y leales. Así que yo suspiro porque aquí en Madrid tengo a dos de esas amigas. De esas que empezaron conmigo el colegio y siguen aguantándome aquí. Suspiro porque luego de casi 20 años ellas siguen siendo mis hermanas que no son mis hermanas. Porque sé que ellas están aunque no estén, pero esta vez suspiro porque están sin ningún aunque.

*Suspiro*

DÍA 22: Caos en medio de la paz

Pobres hadas, ni se encuentran en medio del caos. No sé que es lo que pasa que organizo y organizo y sin saber cómo ni cuándo pasa un terremoto por mi habitación. Más me demoro en organizarlo que él en revelarse en mi contra. Es caótico ya lo sé. Pero aun más caótico es tener que llegar después de un día difícil a arreglarlo. Pero suspiro porque ya no es como antes que tenía quien me organizara hasta los pensamientos. Ahora, yo sola tengo que hacerlo todo. Y sonrío porque a pesar que no me gusta o no estaba acostumbrada, no me molesta y lo mejor, en mis pensamientos, a pesar del desorden hay orden y jamas queja alguna.

DÍA 21: Maldito cuatro de su madre

Cuando me entregaron mis primeras notas me di cuenta que la desmoralización viene con el numero cuatro. Cuatro de diez. Gracias. No lloré porque ya sé que Big Girls don´t cry, pero no fue fácil contenerme. Pensé que era buenísima para escribir, pero qué va. No sé nada. Nada de nada. Es que cuatro de DIEZ, o sea. Sin embargo a las malas reacciono y me doy cuenta que es que tengo todo para aprender. La necesidad de dar más y el tiempo suficiente para alzar esos tristes cuatros. Así que suspiro de tristeza por saber que no se lo que pensé que sabía, pero suspiro también de optimismo por saber que sabré.

DÍA 18, 19 y 20: Montañas y algo más

Salir de Madrid a dormir a Navamorcuende todo el fin de semana, la montaña, es la razón que me saca suspiros. Alejarme del mundo y encerrarme en uno pequeño con 20 personas más. Dormir, COMER, fiesta, paintball, fiesta, dormir y seguir COMIENDO. El espacio rural, el campo y las buenas energías me dejaron lista para seguir sonriendo y seguir suspirando. Como siempre.

DÍA 17: TOC TOC

Ir a teatro me parece un mundo con emociones propias. Emociones que transmite y me llenan de ilusión. Ir a una comedia y ver a la gente reír y ser feliz me confirma la certeza de que estamos en esta vida para ser felices. Y yo lo soy y por eso suspiro, porque en cada suspiro rectifico que soy feliz.

DÍA 16: Celebrando un festivo

Buscando razones para suspirar y para irme de fiesta la encontré. El día siguiente era festivo. Así que suspiro porque me enamoro de las noches largas. Me enamoro en las noches largas. Y rectifico que no tengo que buscar razones para suspirar ni para irme de fiesta. Los suspiros y la fiesta me buscan a mi.

DÍA 15: Comer o no comer, esa es la cuestión.

En medio de mi constante dilema entre comer y no comer, como. Saber de las alarmantes posibilidades que tengo de engordar me aterra. Pero la curiosidad de querer probarlo todo me desarma. Así que suspiro con cada sabor nuevo porque sí que hay, ¡si que hay cosas buenas, tío!

DÍA 14: Suspiro y suspiro

Pisar un nuevo lugar y disfrutar. Absorber en cada respiro la historia. Perderme entre curiosos turistas. Sacarle foto hasta a lo que no está como para sacarle foto. Comer lo que hay que comer (cochinillo) y reír y sorprenderse y admirar cada rincón. Así me pasó con Segovia. Suspiro porque mi margen de sorpresa es bastante sensible y todo me sorprende, me maravilla, me deleita, me gusta, me hace suspirar.

DÍA:13 La party

Y es que esto de ir de fiesta hasta las 8am sí que me hace suspirar. Noches largas y sustanciosas. Eso es felicidad.

DÍA:12 Mercar casi que a ciegas

La parte divertida es que hay que llenar la nevera y para eso hay un universo de productos nuevos por probar. No es la misma leche, ni los mismas paquetes de papas, ni quesos, ni jamones, ni nada siquiera parecido. ¡Así que a probar!

El reto es comprar en medio de marcas desconocidas cosas ricas y que ademas que YO pueda preparar. Al fin de cuentas algunas veces querré comer algo diferente a sánduche y cereal. Así que mientras pruebo y pruebo suspiro y me reclamo por qué probé esa leche de chocolate que ahora no me deja vivir sin ella.

*Suspira*

DÍA 11: Hala Madrid

“Llega ya al Bernabeu, te invito”. El corazón me saltó y suspiré. Suspiré cuando recibí el mensaje. Suspiré en el camino al estadio. Suspiré al entrar al Bernabeu y sentir mi piel como se me erizaba al verlo vestido de blanco, grande, majestuoso y lleno. Suspiré al oír las canciones de los aficionados. Suspiré al ver en cada gol banderas, cantos, risas, felicidad: PASIÓN. Suspiré al ver a los churros de los jugadores. Suspiré sin parar.

El Bernabeu me dejó sin aliento al saber que ese recinto envuelve tanta pasión, tanta vida, tantas ganas. Pasión, vida y ganas que muchos no tienen.

…Y como por si fuera poco, ganó el Real Madrid.

Día 10: ¡Bendita sea la tecnologia!

Desde que llegué no me hace falta nada. No extraño la comida, ni los lugares, ni las sonrisas, nada. Es más, no tengo tiempo de extrañar. Y si algo he de extrañar es a mi familia. A mi hermano con locura. A mi sobrino con nostalgia que crecerá y no lo sabré. A la bendición de mis padres y al amor familiar en general. Pero si necesito de ese amor la cosa es muy sencilla. Esto sucede:

Y así siento, río, casi los toco, amor puro y real. Recibo la fuerza que necesito para continuar. Los miro a los ojos, los siento y vuelvo reloaded. ¡Bendita sea la tecnología! Pero así ¿quién extraña?

DÍA 9: Mi vida es un musical

Nunca había estado en un musical y este, CIEN MENTIRAS DE SABINA, es una de mis razones para suspirar. Una historia de amor adornada con las letras de Joaquín Sabina fue para mí más que unos guapos bailando y cantando. Más que unas tipas demasiado sexis seduciendo el escenario. Más que una buena compañía, más que lo que veía y sentía mientras sonreía. El musical fue para mí, la puesta en escena de la oportunidad de vida que estoy viviendo.

*Suspiro*