miércoles, 2 de noviembre de 2011

Día 10: ¡Bendita sea la tecnologia!

Desde que llegué no me hace falta nada. No extraño la comida, ni los lugares, ni las sonrisas, nada. Es más, no tengo tiempo de extrañar. Y si algo he de extrañar es a mi familia. A mi hermano con locura. A mi sobrino con nostalgia que crecerá y no lo sabré. A la bendición de mis padres y al amor familiar en general. Pero si necesito de ese amor la cosa es muy sencilla. Esto sucede:

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