Pisar un nuevo lugar y disfrutar. Absorber en cada respiro la historia. Perderme entre curiosos turistas. Sacarle foto hasta a lo que no está como para sacarle foto. Comer lo que hay que comer (cochinillo) y reír y sorprenderse y admirar cada rincón. Así me pasó con Segovia. Suspiro porque mi margen de sorpresa es bastante sensible y todo me sorprende, me maravilla, me deleita, me gusta, me hace suspirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario