Realmente le he cogido cariño a los domingos. A pesar que es
inevitable que uno cierre los ojos y de repente se haga lunes y toque enfrentar
las responsabilidades. Y a mi no me gustan los lunes por toda esa idea que
abarcan de tener que ponerle la cara a una nueva semana. Y es que el mundo está
girando más y más rápido y parece que llevara afán y no quiero que lo tenga.
¿Por qué ha de andar rápido si esta edad, este momento, este lugar, esta yo,
este todo está más que entretenido? ¿No poder ir despacito y caminar en vez de
correr? Pues no, es como si cada vez le mejorara el estado físico y corriera
más el desgraciado. Por eso no me gustan los lunes. Porque implican movimiento.
Menos tiempo para hacer cosas y conocer lugares. Yo más lejos de los veinte y
más cerca de los treinta. O sea, el llamado al asentamiento, a un mismo lugar,
a una misma casa, un mismo trabajo y ¿no estoy muy joven para eso? en fin. En
cambio los domingos se han vuelto mis amigos. He dejado a un lado ese fastidio
de 'maldito domingo solitario reflexivo'. Por el contrario, hago como hice
ayer. Me levanto tarde, como me gusta, hago pereza, me quejo un rato de no
querer bañarme, me baño bailando en la ducha, y hago un lindo plan. El de ayer
fue un Neo picnic, por ejemplo. Compramos pizza y nos fuimos al parque El
Retiro a tirarnos y hablar de nada. Nada de sanduchitos y un canasto con cosas.
Ni un mantel de cuadritos rojos ni nada. Solo nosotros con la pizza y las
gaseosas hablando de nada. Y nos aburrimos del pasto y de las parejas
enamoradas y de los evangelizadores y de hablar nada y nos fuimos a caminar y a
comer helado con chocolate hasta en los sueños. Y sin darnos cuenta se pasó el
domingo sin piedad y feliz. Se fue sin avisarnos que estábamos cerrando la
semana y abriendo una menos en este lindo momento de la vida. La cosa es que se
largó sin darnos espacio a los existencialismos domingueros, esos que matan.
Suerte a los malos domingos. Yo los voy a querer y a aprovecharlos como aprovecho
todo. Y eso he venido haciendo desde hace mucho tiempo, los domingos son chéveres,
son amigables y no tienen la culpa del aguafiestas lunes.
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