lunes, 6 de agosto de 2012

DÍA 179: Los domingos no son malos

Realmente le he cogido cariño a los domingos. A pesar que es inevitable que uno cierre los ojos y de repente se haga lunes y toque enfrentar las responsabilidades. Y a mi no me gustan los lunes por toda esa idea que abarcan de tener que ponerle la cara a una nueva semana. Y es que el mundo está girando más y más rápido y parece que llevara afán y no quiero que lo tenga. ¿Por qué ha de andar rápido si esta edad, este momento, este lugar, esta yo, este todo está más que entretenido? ¿No poder ir despacito y caminar en vez de correr? Pues no, es como si cada vez le mejorara el estado físico y corriera más el desgraciado. Por eso no me gustan los lunes. Porque implican movimiento. Menos tiempo para hacer cosas y conocer lugares. Yo más lejos de los veinte y más cerca de los treinta. O sea, el llamado al asentamiento, a un mismo lugar, a una misma casa, un mismo trabajo y ¿no estoy muy joven para eso? en fin. En cambio los domingos se han vuelto mis amigos. He dejado a un lado ese fastidio de 'maldito domingo solitario reflexivo'. Por el contrario, hago como hice ayer. Me levanto tarde, como me gusta, hago pereza, me quejo un rato de no querer bañarme, me baño bailando en la ducha, y hago un lindo plan. El de ayer fue un Neo picnic, por ejemplo. Compramos pizza y nos fuimos al parque El Retiro a tirarnos y hablar de nada. Nada de sanduchitos y un canasto con cosas. Ni un mantel de cuadritos rojos ni nada. Solo nosotros con la pizza y las gaseosas hablando de nada. Y nos aburrimos del pasto y de las parejas enamoradas y de los evangelizadores y de hablar nada y nos fuimos a caminar y a comer helado con chocolate hasta en los sueños. Y sin darnos cuenta se pasó el domingo sin piedad y feliz. Se fue sin avisarnos que estábamos cerrando la semana y abriendo una menos en este lindo momento de la vida. La cosa es que se largó sin darnos espacio a los existencialismos domingueros, esos que matan. Suerte a los malos domingos. Yo los voy a querer y a aprovecharlos como aprovecho todo. Y eso he venido haciendo desde hace mucho tiempo, los domingos son chéveres, son amigables y no tienen la culpa del aguafiestas lunes.

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