Cuando mi
mamá me preguntó que si estaba emocionada por mi grado, lo pensé por tres
segundos y sentí que no, que no había nada pomposo en mis emociones y que el
día se estaba pareciendo a un día cualquiera. Sin embargo, acelerada como ella
es, no me dio tiempo de pensar más allá, ni de meditarlo, ni escrudiñar en la
profundidad de mis sensibilidades y se auto respondió diciendo "yo,
sí". Vale, había alguien emocionado por la obtención de mi diploma y cómo
no, la Mamá tendría un nuevo cuadro en casa. Sin embargo entre más se acercaba
la hora de ir a recibir el cartón que pone DOÑA CLAUDIA (NO PIENSO REVERLAR
AQUÍ LO QUE SIGUE) CARRILLO SANTOS ha realizado el MÁSTER UNIVERSITARIO EN
EDICIÓN, PRODUCCIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS PERIODÍSTICAS, mis sentimientos empezaban
con sus sentimentalismos.
Fue
cuando me senté a esperar a que empezara la ceremonia que asumí realmente lo
que estaba sucediendo. Me estaban haciendo entrega oficial no de un titulo, no
de la certeza de ser más competitiva en el mercado, no de la certificación de
que ahora soy periodista, no, nada de esas cosas, recibiría el símbolo de una serie
de decisiones, experiencias y emociones de una etapa definitiva en mi
vida.
Y todo
eso empezó a pasar por mi mente. Las imágenes de lo vivido se amontonaban en mi
conciencia con afán de protagonismo. Y comencé a conmoverme y me dije
"mierda". Poco a poco me acordaba del momento uno, ese que abrió lo
que para aquel entonces era una posibilidad. Un poco antes de recibir
mi titulo oficial de politóloga ese que antes de recibirlo ya no lo quería y cuando lo
recibí y lo rectifiqué; me jodí.
Ya para
ese entonces la creación de PrincesaSamaria.com seguía gestado en mi un
movimiento revolucionario propio que me exigía cambios drásticos. Cambiar de
profesión, cambiar de país, de círculo social, de lo que se pudiera. Girar y
volver a empezar. Fue así como cada día el crecimiento y la bonita
acogida de Princesa Samaria y el lugar en el mundo que éste me daba, la
tranquilidad que me generaba, la entrega y el entusiasmo con el que lo hacía,
me rectificaba que había que hacer algo.
Pero no era
tan fácil, era renunciar a años de estudios, a proyecciones de mi misma, a
convicciones de toda la vida, a un perfil profesional que suponía definido. Sin
embargo estaba descubriendo algo que me llenaba de vida y en vista de que
quería más de eso porque me hacía feliz, había que ir 'a por ello'.
Fue en
ese camino cuando me desorienté. Me perdí. No tuve idea por dónde comenzar ni
por donde terminar. Ni cómo, ni cuándo, y peor, con qué. Sabía que tenía que
irme de Colombia por una necesidad interna inexplicable que me reclamaba
constantemente otro mundo. Sabía que quería escribir. Sabía que no sería fácil,
sabía pocas cosas. Y la verdad fue que me tocó esperar. Y a las malas esperé. Y
me tocó organizarme y a las malas me organicé. Y no entendía por qué me tocaba
esperar y por qué me tocaba organizarme y por qué no era ya cuando yo quería. Y me
dolió la vida, y me cuestioné el sentido de está, la razón de mi existencia y mi
misión en ella. Y tuve miedo. De la vida, de mi futuro y sobre todo de mi
misma. Y pataleé. Y me encerré y la pase mal.
Y
luego todo por si solo empezó ponerse en orden, a cobrar sentido y a hacerme
encajar en el mundo. ¡Y encajaba! Ya sabía el lugar y el por qué, ya tenía mi
apoyo y mi certeza y la vida empezaba a darme los con qués. ¡Y me los dio! Pero
había que seguir esperando pero empecé a disfrutar de la espera.
El mientras tanto se hizo chévere y aprendí cosas, asumí responsabilidades y parrandeé
como lo sé hacer. Estuve lista para irme y veía cómo mi papá me miraba con ojos
de admiración. Él llevaba meses o años oyendo de este plan pero tenía sus
reservas que aun siguen en ese estado. Pero entre más real se hacía el plan,
más real él me veía. Y me miraba con ojos de admiración y alardeaba ante mi
hermano y le decía que aprendiera 'pendejo', que yo estaba logrando todo
S-O-L-I-T-A. Y cuando decía solita hablaba de su apoyo económico, pero no
estaba sola, tenía su mirada y su sonrisa y sus alardes de mí que era todo el
apoyo que necesitaba de él. Y el apoyo de La Mama, la incondicional. Me llenaba
de alegría verla abrazarme con un no quiero que te vayas pero vete, pero no te
quedes pero quédate. Me rondaba en silencio impaciente aterrada de cómo lo
había logrado. -Sigo sin saberlo, Mama-. Pero podía sentir a una madre
satisfecha de su deber cumplido, y ese, ese era todo el apoyo que yo necesitaba
de ella. Sentir que le cumplía como hija a la berraca que me llevó nueve meses
en su barriga y me aguantó la adolescencia de mierda.
Y me vine
oronda. Sin dudarlo, sin lagrimas, sin miedo y sin nostalgia. Sin que me
temblara el alma o el corazón. Me vine sin poder creerlo. Así que ese diploma
va más allá de las clases. De estar todos los días y todo el día en el master.
De la compañera que adoré y a los que quise y a los que me dieron igual y a los
que me produjeron ganas de vomitar. El cartón va más allá de la frustración de
las malas notas y de sentir que no sabía escribir. De aprender de historia y
política Española. De estar estudiar dentro de uno de los mejores periódicos de
este país, y de llegar a casa cansada de estudiar para seguir estudiando. El
diploma sobre pasa las malas clases y las buenas, poner tildes y tratar de no
escribir tan a la colombiana. Escribir para periódico, para web, hacer radio y
televisión. Este cartón va más allá de todo esto.
Lo que me
entregaron es el símbolo de los viajes que he hecho. De la fortaleza que tuve
para seguir mis sueños. De la valentía que es haberlo hecho por mis propios
medios, todo, absolutamente TODO. De las amigas que se han vuelto mi eje central aquí.
De mis rumbas. De los besos que he dado y de los que no. Del argentino con el que
salí y con el que volví a creer en el amor aunque no haya surgido.
Es la
rectificación de que si uno sabe lo que quiere puede conseguirlo, con esfuerzo
pero lo consigue. Es el giro de mi vida. Es la independencia que me ha dado.
Son las cocinadas, limpiadas de casa, organizada de cuarto y manicuras, que me
ha tocado hacerme. Son las letras que escribo y gustan y las que escribo en el
master y no gustan. Es estar en la revista en la que yo quería hacer las
practicas. Es el suspiro ante la Torre Eiffel, son las visitas, son las
lágrimas, es mi sobrino creciendo lejos. Es no tener respuesta al ¿ahora
qué?.
Son las
celebraciones por fútbol, Grecia, Málaga, El Bernabeú. Es el verbo flipar y ser
más exigente y mucho más exclusiva y jodida en mis relaciones, tanto amorosas,
como de amistad. Es haber logrado lo que quería. Es tener una vida feliz. Es
la conciencia de que esto es mío, de mi propiedad que yo lo sudé y lo gané y
por eso cada instante lo agradezco y lo atesoro y los saboreo y lo vuelvo a
agradecer con sinceridad en el alma. Es la rectificación de que hacer planes es
una mierda pero saber lo que se quiere y no rendirse con los obstáculos es la
clave de un presente feliz.
Así que se me escurrió una
lágrima cuando recibí el famoso diploma y sonreí de satisfacción. Pensé que iba
en el camino que era, me sentí orgullosa de mi, de mis decisiones y de mis
tropiezos. Quise parrandear y celebrarlo y parrandie y lo celebré. Entendí que
era un momento memorable en mi vida y que sí, si estaba emocionada y que sí, el diploma sí merecía estar en la pared de mamá.
¡FELICITACIONES ÍDOLA!
ResponderEliminarEres mi orgullo colombiano en cualquier lugar.
Benditas sean tus letras, benditas.
te felicito EXCELENTE....
ResponderEliminarlovely!!! felicidades :D
ResponderEliminarQue bello describes tu duro trabajo! Siempre disfruto leerte. Felicidades por tu diploma Princesa!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa vida nunca hace cosas por casualidad, simplemente que algunos no nos enteramos de las grandiosas oportunidades que nos da de vivir y desarrollar los talentos que tenemos. Tú has tenido esa fortuna, la fortuna de ver más allá, de soñar y creer, y dar un paso adelante cuando has puesto una meta que alcanzar, tu alma brilla de fuerza, de amor, de fragilidad y de orgullo, pero más que todo tu alma nació para las letras, para las palabras, para enseñarnos a muchos que el alma se puede mostrar de forma escrita. Todo esto es el resultado de tu talento, el talento de hacerte amar, por lo que eres, por lo que piensas y por lo que escribes. Felicitaciones por ese cartón, que más que en una pared, está escrito en tu corazón. Gracias por ser quien eres!!!
ResponderEliminarUn abrazo enorme de todos los que te admiramos.
Felicidades por ese gran peldaño alcanzado.
ResponderEliminarSiempre leo este blog Princesa, sinceramente me encanta. Es tan chévere como usted describe cada cosa que le pase por muy pequeño o grande que sea. Felicidades de nuevo y que se vengan muchas más letras tía.
@oyemorena
Dios ha dicho en su palabra “Si tienes dones debes obrar conforme al don recibido y que sean explorados” y tú ya encontraste cual era tu don y muy bien merecido lo tienes "ESCRIBIR Y DARLO A CONOCER" Me alegra saber que tienes tu diploma y no es lo que vale el diploma, es la suma de todos los esfuerzos, sacrificios, luchas, goces, risas, tristezas y todo lo que hallas pasado para lograrlo... te admiro, porque eres de esas personas que van por lo que quieren y por lo que se proponen en la vida, aun así sintiendo miedos, esos miedos que no nos dejan realizarnos, pero tú los vences todos y nos das enseñanzas que si se puede, que con esfuerzo y entrega se LOGRA!!... te adoro mi princesa samaria....
ResponderEliminarPd: TaMoOo♥ @TavitoJimeneZ
Santa Marta D.T.C.H