miércoles, 31 de octubre de 2012

Algún día

Odio no cumplir lo que me propongo. Y no terminar mis 365 diás ha sido un puñalado por la espalda de mi misma para mi misma. Y me llené de excusas. Que uní los dos blogs y luego se me cayó con más de diez entradas de este allá. Que me robaron las tres Hadas en Budapest. Que quiero dejar de escribir porque he perdido fuerza. Que no podía migrar este blog para allá y el de allá para este. Que quiero un nuevo diseño y hacer esto en serio. Que necesito alguien que me organice todo. Un patrocinador.

La cosa es que lo fui dejando pasar y pasar y ahora digo que qué cagada. Tengo una memoria conmovedora que no se acuerda sino de lo que le conviene. Y este -sin importar que me leyeran o no, si estaba aquí o allá, con hadas o sin hadas-, no es más que el registro de mi felicidad viviendo esta vida aquí en España que escogí.

Y ahora se me acabó y tengo el desface, por mi culpa, por mi culpa y por mi gran culpa de 165 días, nada más y nada menos. Estoy jodida. No registré la locura de mis días en Malaga. Ni ese amor de allá que me hace temblar las piernas todaviá de solo pensarlo. No registré Marbella. Ni ese caballero alucinante que me hizo feliz en el sur. No dejé creditos de Munich. Ni la locura que fue. Ni de las increíbles amigas que tuve en esa parte de Alemania. No registré mis últimos días en la revista, ni mi forma de huirle a los de mi clase para no despedirme de ellos. No me conté de lo que significó Budapest y Praga para mi con mis grandes amores (mis amigas) de aquí. 

Y claro que hay más. No revelé que me fui a un pueblo sola con mi valentia y mi romanticismo a ver un amor y ponerle la cara y enfrentarlo como una valiente y que yo misma arruiné. Que fui a toros. Que no estuve tiempo en Madrid. Que me tocó volver a empacar. Que llegaron mis papas a verme. Que me fui a la India. Que vi a mis tias que adoro y hace mucho no veo. Que vi a mis primos. Que el viaje a la India fue asomar la cabeza en otro mundo. Que fui a Ceuta. España en Africa. Que estoy tratando de aceptar el fin serenamente, pero no puedo. Que tengo ansiedad de volver a ver qué o qué. Que tengo miedo. Que no sé que va a pasar. Que creí en el amor. Que no creí en el amor.  

No sé cómo carajos pude dejar de escribir, estoy segura mi memoria y yo, más adelante lo reclamaremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario