Yo soy de las que quiere las cosas con todo el corazón. Y me
encapricho. Y las quiero, las quiero, y las quiero. Entonces voy como un tigre
y las consigo. Luego las tengo y las hago mías y no vuelvo a ser la misma. Pero
lo que duele perder las cosas que uno quiere con todo el alma y consigue con
las garras no tiene nombre. Esa es mi historia de amor con mi IPhone. Y ya sé
que antes de tenerlo vivía y la vida parecía normal. Pero luego de tener IPhone
pasar a no tener uno, es como si el mundo se hubiera estancado y hubiera dejado de
girar a mi favor y por eso mi existencia tuviera tintes anormales. Y es
lamentable. Siento que estoy de duelo aun. Vestirme de negro, llorar, no ir a
fiestas y no parecer muy alegre. Si bien lo perdí como los grandes, en la
fiesta más absurda que me he metido en los últimos años y así se supone el dolor es
justificable, estoy deshecha. Lo extraño. Quisiera decirle tantas cosas, como
que su partida me ha cagado la vida. Que me perdone porque debí medirme en esa fiesta. Que la vida sin él no tiene sentido. ¿Y nuestro para siempre juntos? Que me duele no haberlo cuidado más. O que si me diera otra oportunidad
le demostraría más amor. Que pasaría más tiempo junto a él. Que no miraría
otros celulares. Le juraría que no lo iba a cambiar por el 5. Le diría todos
los días cuanto lo amaba. Se lo prestaría a mis amigas para que lo tocaran.
Llamaría más. Jugaría más con él. Tantas cosas. Aunque la verdad sea dicha,
creo que todas las anteriores era imposible, porque mi amor era tan grande que efectivamente
lo cuidaba más que a mi billetera. Lo lleva pegado en la mano peor que mis
anillos. No miraba otros celulares porque él para mi, es el más de los más y
tenía largas discusiones con algún propietario del Samsung Galaxy. No lo iba a
cambiar por el 5 porque era nuevecito. Todos los días le demostraba cuanto lo
amaba y hasta se lo decía y le hablaba como si fuera un bebe. La cosa es que
empiezo a recuperarme y cada IPhone que veo me acuerda a él y recuerdo los
momentos que pasamos juntos. Las fotos que tomaba constantemente para este
blog. Las llamadas que recibí. Los mensajes que puse. Los tweets que me
inspiró. Lo coqueta que me veía junto a él. Es que realmente hacíamos una linda pareja. Lo extraño. ¿Por qué se fue?
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